Limpieza hepática
Poca gente sabe como limpiar el hígado! La mayoría lo tenemos lleno de sedimentos que atrancan su trabajo, sin saberlo. Echamos la culpa al estómago, intestino etc…, pero en la raíz de todas las patologías está el silencioso Hígado. ¡El hígado es el gran olvidado! O el gran desconocido, pues sin manifestarse en los análisis puede estar en insuficiencia, “amargándonos” la vida. El hígado repercute en todo! Tener el hígado atascado con sedimentos equivale a un coche al que nunca le has hecho el mantenimiento del filtro de aceite, aire, etc.… Anda a trompicones y consume mucho. Hasta que se para, porque no puede más. El cuerpo es igual o peor que un vehículo, pues si el filtro está atascado, la circulación sanguínea y linfática se atrancan, se acumulan depósitos por todos lados que no son filtrados produciendo una variedad importante de desordenes.
Por otra parte, su sobrecarga o congestión derivada del atasco, obliga a realizar un mayor esfuerzo al corazón. Lo obliga a succionar con más fuerza desde la vena cava procedente del
hígado. El hígado se comporta como una esponja, que filtra, recibe y da sangre, pero cuando está muy sucia no drena bien, por lo que la sangre no fluye con facilidad a su través y los cientos de funciones hepáticas se deterioran progresivamente. Los residuos de los que no es capaz de hacerse cargo el hígado se van acumulando por el cuerpo, en donde menos molesten. Esto provoca el atasco del sistema linfático. Todo es por la intoxicación, generalmente debido a un hígado que no filtra, o lo hace muy poco y mal. Pero como éste ¡¡no se queja!!, vigila tu hígado, pues al igual que a tu coche, hay que darle una limpieza y un mantenimiento. Eso es precisamente la limpieza hepática.
Prueba ahora esta cura tan sencilla y natural y comprobarás su eficacia. Asegúrate de conocer bien la mecánica y el protocolo, y tu organismo te lo agradecerá con una mayor calidad de vida. Evitarás también sufrimientos futuros.
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