En la
actualidad parece claramente demostrado que mientras que el sedentarismo supone
un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, el
llevar una vida físicamente activa produce numerosos beneficios, tanto físicos
como psicológicos, para la salud.
No es fácil definir el término
salud ya que cada persona tiene una percepción y vivencia personal de ella,
dependiendo de lo que cada uno considera normal, del nivel socioeconómico,
religión, forma de vida y cultura, la cual aporta el patrón que define la forma
de estar o de ser sano. Muchas definiciones hacen referencia a la ausencia de
enfermedad como concepto de salud, como por ejemplo la de Samuel Johnson en su
Diccionario (1775), que dice que la salud “consiste en estar robusto, ileso
o carente de malestar, dolor o enfermedad”. Según la O.M.S. (Organización
Mundial de la Salud), la salud se puede definir como “el estado de
completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de
enfermedades”. Una de las
motivaciones para la realización de ejercicio físico es la búsqueda de ese
estado de bienestar.
¿Qué entendemos por actividad física?
Durante nuestra infancia y
adolescencia la mayoría de nosotros mantiene un nivel de actividad física más
que suficiente a través del juego y de diferentes actividades deportivas. Pero
las oportunidades de realizar ejercicio físico se reducen a medida que nos
hacemos adultos.
El cuerpo humano ha sido diseñado
para moverse y requiere por tanto realizar ejercicio de forma regular para
mantenerse funcional. Actividad física es todo movimiento corporal producido
por los músculos y que requiere un gasto energético. Ejercicio físico es un
tipo de actividad física que se define como todo movimiento corporal
programado, estructurado y repetitivo realizado para mejorar o mantener uno o
más de los componentes del estado de forma física. Cuando el nivel de actividad
física no alcanza el mínimo necesario para mantener un estado saludable, se
habla de sedentarismo.
El Dr. K. H. Cooper define el ejercicio
físico como “el método para poner más años en su vida y más vida en sus
años”.
Lo mínimo recomendado es…
En el
V Congreso Español de Nutrición Comunitaria se ha destacado la importancia de
la realización de actividades deportivas para el desarrollo físico, psíquico y
social. Además, el deporte colabora en la prevención de muchas enfermedades
como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Realizar ejercicio físico
moderado es beneficioso para mantener el cerebro sano y prevenir enfermedades neurodegenerativas. Pero para obtener estos
resultados tenemos que ser constantes en su práctica pero, ¿cómo debería ser?
¿Con qué frecuencia?
Los
programas de actividad física deben proporcionar relajación, resistencia,
fortaleza muscular y flexibilidad. Lo ideal sería practicarlo un mínimo de 3
veces por semana, siendo cada sesión de más de 40 minutos. Una clase perfecta
sería la que combinara un 95 % de ejercicio aeróbico ligero- medio y un 5% de
ejercicios de intensidad media- alta. Trabajo de fortalecimiento abdominal,
estiramientos y ejercicios de coordinación y equilibrio sería un programa acertado.
Principales Beneficios del deporte
Si
concretamos más, podemos afirmar que los principales beneficios sobre el
metabolismo son:
–
Se aprovecha más el oxígeno que llega al organismo a
través de la circulación.
–
Aumenta la actividad de las enzimas musculares.
–
Aumenta el consumo de grasas durante la actividad física
con lo que contribuye a la pérdida de peso.
–
Ayuda a disminuir el colesterol LDL (“malo”) y aumentar
el colesterol HDL (“bueno”).
–
Mejora la tolerancia a la glucosa por lo que favorece el
tratamiento de la diabetes.
–
Colabora en el mantenimiento de una vida sexual plena.
–
Mejora en el sistema inmunológico.
– Fortalece los huesos, cartílagos, ligamentos, tendones, etc…contribuyendo
a una mejor calidad de vida y grado de independencia, especialmente entre las
personas de edad.
–
Disminuye problemas gástricos y el riesgo de cáncer de
colon
Los
beneficios principales sobre el corazón son:
–
Disminuye la frecuencia cardíaca en reposo por lo que
“gasta” menos energía para trabajar.
–
Estimula la circulación favoreciendo la “alimentación”
del corazón.
–
Contribuye a la reducción de la presión arterial.
–
Previene la aparición de infartos, ya que disminuye la
formación de coágulos dentro de las arterias.
–
Aumenta la circulación en todos los músculos.
–
Mejora el funcionamiento venoso previniendo la aparición
de varices.
El
ejercicio físico también, mejora la
función mental, la autonomía, la rapidez, la memoria, la “imagen corporal” y la
sensación de bienestar, se produce una estabilidad mental caracterizada por el
optimismo, la euforia y la flexibilidad mental.
Como habéis podido comprobar, realizar deporte ayuda y
mucho a mantener un cuerpo sano y este ejercicio debe de
complementarse con una alimentación basada en la Dieta Mediterránea. Además,
también pones en práctica tu propio afán de superación puesto que tu capacidad
de resistencia y de superar nuevos retos crece con la práctica del día a día.
En la medida en que más activo nos sentimos,
más energía tendremos para disfrutar de la vida e implicarnos al cien
por cien en nuestro presente.
¿Necesitáis
más razones?