La quiropractica y el deporte
neuro-músculo-esqueletal, cualquier disfunción o cualquier deficiencia
orgánica ya que dichos trastornos pueden impedir seguir practicando un
deporte al provocar una lesión o una enfermedad que se podía haber
evitado.
posibles para que el cuerpo pueda funcionar a pleno rendimiento. Eso lo
saben particularmente los deportistas profesionales, y por esa razón, en
los países donde la quiropráctica está más desarrollada, sobre todo en
los Estados Unidos, los atletas de alto nivel y los equipos olímpicos
suelen estar bajo cuidado quiropráctico.
rutina del cuidado físico, preferentemente desde la infancia o
adolescencia, cuando el joven empieza a aficionarse a la práctica de un
deporte.
pacientes elimina las interferencias del sistema nervioso localizadas
principalmente en la columna vertebral. Los ajustes podrán realizarse,
tanto en la columna vertebral y cráneo, como en otras articulaciones o
tejidos del cuerpo. El ajuste es la presión o impulso, muy preciso y
específico, destinado a corregir la incorrecta posición de una vértebra.
La formación de un Quiropráctico es universitaria (de 4 a 6 años).
que precisan para recuperarse de lesiones derivadas de la práctica de
su deporte. Pero más importante todavía para el deportista es la
capacidad que tiene el quiropráctico para intervenir, con total
independencia de la presencia o no de síntomas particulares, optimizando
el rendimiento del organismo. Y cuando la victoria se mide en
centésimas de segundo, se entiende el interés particular de los atletas
profesionales por la quiropráctica.
Evander Holyfield: “Necesito realizar un ajuste
antes de subir al ring. Realmente creo en la quiropráctica. Acudiendo al
quiropráctico tres veces por semana mi rendimiento mejora. La mayoría
de los boxeadores van para mantenerse en lo más alto”.
Lance Armstrong: “No hubiera ganado sin la ayuda de mi quiropráctico”.
Desde
que el Doctor en Quiropráctica Jean Pierre Meersseman se ha convertido
en el responsable del equipo médico del AC Milán, se han reducido las
lesiones en más de un 90% y ha ayudado a Paulo Maldini a seguir jugando
hasta ¡pasados los 40 años!
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