La Gran Subida
Tenemos la opción de ser un pasajero en el viaje que es esta vida, de ser llevados e ir a donde nos lleve.
Y también podemos optar por asumir más el papel del conductor en nuestra propia vida: sentarnos en el asiento del conductor, dirigir el volante. Y también a elegir cuándo pisamos el acelerador y cuándo lo quitamos. Cuando decidimos pisar suavemente los frenos, detenernos un poco con calma y parar al costado del camino.
El viaje de la vida puede sentirse como una gran subida cuesta arriba. Trabajo constante, esfuerzo constante que nos puede agotar. Te cuesta; te carga, te agota.
Y podemos elegir ver que lo que estamos haciendo, de hecho, es escalar una colina, y que cuando lleguemos a la cumbre podemos ver que hay otra colina más que escalar.
Es, en este punto que podemos optar por hacer una pausa, descansar, disfrutar de la vista. Podemos tomarnos un momento para ver lo lejos que hemos llegado, para aplaudir nuestra escalada y el esfuerzo que tomó, para celebrar lo que hemos aprendido, ganado y hecho. Para asegurarnos de que nos tomamos el tiempo para sentir profundamente esta perspectiva nueva y ampliada que hemos ganado en la vida.
Y, para tomar el tiempo importante para descansar, para recuperarse, para recargar, antes de continuar, en este viaje.
Antes de comenzar la subida de esta próxima colina, con sus lecciones y nuevas habilidades. Para, un día, llegar a su cima con sus grandes vistas.
Por ahora, descansamos.
Tómate el tiempo para estar agradecido por todo lo que puedes ver, por todo lo que has aprendido, por todo lo que has ganado y hecho.
Tómate el tiempo para estar agradecido por los resultados que tienes ahora mismo, aquí mismo, en tu vida en este momento.
Es una vista hermosa y amplia.
Respíralo dentro.
Respíralo.
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