¡Eres tan complejo!

40 a 70 trillones de células que te hacen.

¿Te imaginas tratar de coordinarlos?

Cada una de esas células es como una pequeña “forma de vida” en sí misma, con su piel (la membrana celular) escuchando su entorno y decidiendo qué debe permitir que pase (dentro o fuera), o no. Y luego cada célula contiene cientos y cientos de miles de componentes, cada uno actuando y respondiendo a las necesidades de la célula.

Y toda la célula está haciendo lo suyo, trabajando.

¡Ahora multiplique eso por 40 a 70 trillones!

Células coordinadas en tejidos, que se juntan en órganos, en sistemas, ¡y todo eso te forma a ti!

¿Te imaginas tratar de coordinar todo eso?

He aquí una manera de tratar de pensar en lo enorme que es esta tarea: imagínese recostado boca arriba al aire libre por la noche y mirando todas las estrellas que podrías ver en un cielo despejado. Una canción suena suavemente cerca de ti y escuchas sus latidos. Estás deseando que todas las estrellas en el cielo parpadeen y se enciendan, todo al mismo tiempo, al compás de la canción. Por lo tanto, tienes que enviar un mensaje a cada una de esas estrellas, para decirles que parpadeen y luego se apaguen, al ritmo de la canción que está escuchando, para lograr un parpadeo coordinado de estrellas en todo el cielo nocturno. Tarea bastante difícil, ¿verdad?

¡Ahora imagina intentar hacer eso con cada una de las estrellas de la Vía Láctea!

Esas son muchas estrellas para monitorear y comunicarse, para lograr ese nivel de coordinación.

Hay alrededor de 100 a 400 mil millones de estrellas en nuestra Vía Láctea.

Bastante imposible coordinar el centelleo de tantas estrellas.

Tu cuerpo tiene de 100 a 1000 células más que la cantidad de estrellas que intentas controlar en toda la Vía Láctea.

Aquí está el hecho sorprendente: esa inteligencia innata que está dentro de tu cuerpo coordina cada célula dentro de tu cuerpo, cada milisegundo de toda tu vida.

Realmente eres tan complejo.

¡Y tú eres absolutamente maravilloso!

 

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